Hoy te escribo a tí,
remitente inexistente,
que me respondas a preguntas que nadie más entiende,
que me comentes,
porque mienten,
porque sus lenguas son dementes,
porque las verdades ofenden, cuando deberian ser lo más normal,
hay tantas preguntas al aire, que ni el aire lo asimila...
solo un tren con ruedas y un coche por la via...
egoismo del ego,
jugar con quien te quiere,
no quedan ganas de jugar cuando eres tu el que pierde,
a veces las cosas más simples,
te hacen ver lo complicado que llega a ser un conflicto interior,
una chispa de inconformismo,
una realidad paralela a tus ojos distintos,
como si las velas de un barco no se mueven,
pero el viento si que sopla,
como el corazón que pierde la vida,
mientras el lastre se le acopla.
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